martes, 19 de septiembre de 2017

Nunca has visto unas Crocs tan bonitas (ni unos zuecos tan feos)




Existen unas sandalias de consecuencias impredecibles con solo pronunciar su nombre. Están consideradas las sandalias feas más bellas del mundo, son capaces de que algunas estilistas se rasguen las vestiduras solo por ellas, y de que otras decidan ahorrar para comprárselas. Nos gustan y nos disgustan, exageradamente, al mismo tiempo.

Pero es que no siempre nos gusta lo fácil. En el camino al estilo hay atajos pero también rutas de caminos inesperados. En esos caminos, a veces, nos encontramos con piedras, con terrenos movedizos y con curvas peligrosas; esos caminos podrían recorrerse en unas Crocs.

Efectivamente, hablamos de ellas.
Crocs
Quien las ha devuelto a la actualidad es Christopher Kane, prendiendo la mecha desde su desfile de Londres. Para la Primavera 2018, el diseñador ha creado unas Crocs en dos versiones (una blanca y negra, la otra ¡amarillo limón!) decoradas con pedrería y gemas en el empeine, en un efectista golpe estético. Desde sus asientos, las invitadas las (ad)miraban extasiadas, entre el horror y el más absoluto placer.
Crocs
Kane comenzó su idilio con las Crocs hace más de un año. La primera vez que decidió convertirlas en una sandalia de lujo fue en la Primavera de 2017, cuando las decoró con piedras y gemas de colores. Después llegaron las Crocs forradas con pelo, incendiando internet y al parecer, también las ventas. Y es que lo más curioso de todo es que las sandalias más criticadas del planeta son -según datos de L2Digital-, el zapato número uno en Amazon. En concreto, suponen un 9% del mercado masculino total y un 8% del femenino. Y en cuanto se sepa que la supervivencia de las Crocs está amenazada, podrían pasar de mito a leyenda.

Según publica The Cut, a mediados de agosto la patente de diseño de las Crocs fue rechazada después de una batalla legal de cinco años contra su principal competidor, lo que ha llevado a muchos a preguntarse si los días de las Crocs están contados.

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